sábado, 5 de abril de 2008

Juno


T.O. "Juno"
Director: Jason Reitman
Intépretes: Ellen Page, Michael Cera, Jenifer Garner, Jason Bateman.
EEUU, 2007, 97'

La peli indie de moda esta temporada es esta pizpireta comedia sobre el embarazo adolescente.

.La adolescencia es un tema bastante mal tratado por la narrativa, casi tanto como por los planes educativos. Quizá porque aunque el tránsito a la edad adulta en el ser humano no es tan radical, como, pongamos, el del gusano de seda, no deja de tener sus complejidades. Tierra de nadie repleta de arenas movedizas, es por definición un periodo de transición, donde nada está definido, un territorio de dudas, pasos en falso, actitudes extremas, simulacros de seguridad, intentos confusos de aparentar madurez, cambios de actitud repentinos e imprevisibles, volubilidad emocional, y un largo y elástico etcétera difícil de categorizar incluso para los psicólogos y demás profesionales que inundan las librerías con manuales de instrucciones para perplejos progenitores.

Por ello, las representaciones en el cine, y también de la literatura, nos presentan con frecuencia a personajes de una madurez increíble para la edad que dicen tener. Tiene claros sus objetivos, y con frecuencia se dedican incluso a darles consejos y ejemplo a los personajes adultos, que aparecen retratados como mucho más inmaduros en comparación. Podemos reconocer estos arquetipos en las típicas narraciones “rites of passage”, en la que se nos describe los inconvenientes que tienen que superar unos mocosos para convertirse en adultos útiles a la sociedad, o en las historias seudoautobiográficas con las que algunas luminarias del mundo de la cultura echan un vistazo retrospectivo y autocomplaciente a aquellos confusos años, que desde la distancia se contemplan como el tortuoso aunque necesario camino hacia la sabiduría.

104%
Cuando a Juno MacGuff (Ellen Page), la adolescente embarazada que decide tener el hijo y dárselo en adopción a una pareja infértil, le pregunta Vanesa Loring (Jennifer Garner), la madre adoptiva, cómo está de segura respecto al tema de la adopción, ella responde con su habitual tono de ironía despreocupada que “sobre un 104%” segura. Así es Juno. Tiene las cosas muy claras. Cuando duda, cosa que ocurre un par de veces en la película (Con respecto al aborto, tema que se plantea al principio, y también con respecto a su relación con Bleeker (Michael Cera), el chico que la ha dejado embarazada) sopesa las cosas reflexivamente y toma una decisión. El resto de la película, se pasea mostrando una seguridad en sí misma envidiable, afrontando con una madura serenidad las inesperadas reacciones de su organismo y mostrando una desafiante nonchalance ante las opiniones de los demás, especialmente sus compañeros del instituto, algo no muy habitual en una jóven de esa edad.

Por si eso fuera poco, Juno, además, se permite observar el mundo que la rodea y emitir unos irónicos y jugosos juicios en los que emplea de manera muy personal la lengua de Shakespeare, detalle que ha sido de lo más alabado del guión y que ha permitido a la madre de la criatura, Diablo Cody, pasear el peor vestido que se recuerda en la ceremonia de los Oscar mientras recogía su trofeo a mejor guión. (Todo eso se ha perdido en la traducción, claro). En ese sentido, “Juno” funciona a la perfección como modelo de comedia indie desprejuiciada, aliñada con la habitual banda sonora con temas de Belle and Sebastián y Sonic Youth. Jason Reirman mide bién el tempo y el tono, las herramientas fundamentales de cualquier director de comedia, sabedor de que tiene entre manos un material muy goloso.

A pesar de todo, ni con el ingenioso guión ni con el estudiado cromatismo comiquero ni música indie se habría convertido “Juno” en el éxito del año si no fuera por el rostro de su protagonista, Ellen Page, sobre la que descansa gran parte del peso de la película. Page ya nos había llamado la atención como la caperucita vengadora de “Hard Candy” (David Slade, 2006), y aquí confirma que los elogios que cosechó por aquella película no fueron fruto de la casualidad. Con uno de esos rostros tocados por la gracia, la jóven canadiense ya se revela cómo una de las figuras emergentes del cine norteamericano. Aquí, crea un personaje memorable, gracias a la naturalidad con la que incorpora todas las excentricidades de su personaje, que en manos de otra actriz hubiera resultado francamente poco creíble, y que, con el carisma que Page le aporta, nos resulta cercano y familiar.

Paraísos indies
Está claro que esta historia de outsiders tan monos y carismáticos, de adolescentes sorprendentemente maduros que mantienen una actitud cuidadosamente despreocupada sobre la vida y que reaccionan con sorprendente naturalidad ante las derivas emocionales no tiene ningún parecido con la vida real o por lo menos pocos espectadores se sentirán reflejados en ella. Pero si que refleja la creación de la adolescencia como paraíso perdido, creado por el fenómeno indie para que los treinteañeros del nuevo milenio revivan una edad que nunca existió.

Reflejo de una falsa nostalgia que permite revivir el placer de experimentar emociones por primera vez pero sin las inseguridades y miedos que ello conlleva, sino con la sabiduría y seguridad que da la experiencia, “Juno” es la continuación de una tendencia de idealización de la adolescencia que inunda este comienzo de milenio, desde los comics independientes hasta el diseño de moda. Sólo la habilidad con la que está escrita y dirigida, y el talento de su protagonista la salvan del ridículo al que estaría abonado su planteamiento en manos menos sutiles.