sábado, 6 de julio de 2013

La bicicleta verde


 

 T.O: WADJDA

 DIR: HAIFAA AL-MANSOUR

 INT: WAAD MOHAMMED,
REEM ABDULLAH

ARABIA SAUDÍ-ALEMANIA, 2012, 97'







  
El cine es también una ventana hacia  culturas y ambientes que desconocemos; en ese sentido, el interés de una película como La bicicleta verde es notable: se trata de la primera película producida en Arabia Saudí (Un país en el que no hay industria cinematográfica ni salas de cine; en cambio, los seriales televisivos locales gozan de gran popularidad). Además, la película ha sido realizada por una mujer, Haifaa Al-Mansour, algo que en un país de tradiciones islámicas fuertemente arraigadas resulta todo un desafío. Al-Mansour tuvo que ocultarse en el interior de una furgoneta mientras se filmaban escenas en las calles de Riad, para evitar que se crease un conflicto ante la presencia de una mujer al frente de un equipo formado por hombres. Por supuesto, la situación de las mujeres que viven dentro de una sociedad islamista es el eje que vertebra el argumento de la película.

Wadjda (Waad Mohammed) es una niña de unos doce años. Es curiosa y algo juguetona, lo que le lleva, a veces a crear situaciones que en una sociedad como la saudí conllevan el riesgo de ser percibida como un ente extraño, quizá alguien peligroso. Cosas como llevar unas zapatillas Converse en vez del calzado tradicional, por ejemplo. O no interrumpir sus juegos por estar a la vista de los hombres. Además, tampoco se preocupa demasiado por ajustarse la abiya para cubrirse por completo la cabeza. Wadjda está en una edad en la que esas transgresiones morales pueden disculparse, tomarse como juegos inocentes; pero en la escuela de niñas la Sra Hussa se encarga de que cuando llegue a la edad adulta sepa  comportarse como le corresponde. Mientras tanto, la pequeña se divierte con  Abdullah, el hijo de unos vecinos. Juegan, compiten y se pelean en broma, como todos los niños de su edad. El sueño de Wadjda es tener una bicicleta para poder disputar carreras con su amigo. Pero la bicicleta es un tabú para las mujeres en el entorno en que vive, y la pequeña decide, en secreto,  ahorrar para poder comprarse una. Su oportunidad llegará cuando la escuela organice un concurso de recitado del Corán, con un buen  premio en metálico.


 
La estrategia de la película consiste en presentar a su impulsiva protagonista ante las alternativas que le propone la sociedad en que vive. El riesgo de exclusión social acecha por todas partes: simplemente ser vista con un hombre es una mancha imborrable para el honor de toda mujer. El futuro que le espera a Wadjda viene representado por la situación de las mujeres adultas que forman parte de su vida. Su madre vive en el temor de que la familia de su marido le obligue a casarse con otra mujer dado que ella no puede tener más hijos. La Sra Hussa, que confiesa haber sido igual de rebelde que Wadjda en su juventud, no perdona una falta de disciplina a sus alumnas, pero se ve obligada a ocultar sus relaciones y a ruborizarse cuando se difunden rumores sobre extraños ladrones que entran de noche en su casa. En ese mundo, sin embargo, hay destellos de humanidad: el dueño de la tienda de bicicletas que reserva la preferida de nuestra amiga “para una niña con agallas”, o Abdullah, el amigo de Wadjda, que le enseña a montar en bici y en quien la directora deposita ciertas esperanza de cambio para las nuevas generaciones. 

 

La bicicleta verde
es una película con una clara intención didáctica que se esfuerza por ser clara y nítida a la hora de exponer sus razones. Al-Mansour quiere llegar a la audiencia de su país y para ello articula la crítica social a través la inocencia y la inquietud de su protagonista, adoptando un enfoque conciliador. No critica la religión islámica (la protagonistas se esfuerza en dominar el recitado del Corán) , sino que busca reflejar la situación en la que viven las mujeres de su país. Estilística y narrativamente resulta bastante poco sofisticada (un tratamiento brillante de los mismos temas se puede encontrar en Offside, del encarcelado cineasta iraní Jafar Panahi). Sin embargo, la película destaca por la autenticidad en su retrato de la relación entre una madre y una hija (La actriz que interpreta a la madre de Wadjda, Reem Abdullah, es una estrella de los seriales televisivos saudíes; su interpretación es notable) y por alcanzar en su desenlace verdadera resonancia emocional.