miércoles, 6 de agosto de 2014

Videoclips: Hey Jane y I am what I am, de Spiritualized, dirigidos por AG Rojas.




El director californiano de origen español AG Rojas (nacido en Barcelona, se trasladó a Los Ángeles a los siete años) ha irrumpido en la escena del videoclip contemporáneo hace un par de años y rápidamente se ha revelado como un talento a seguir. Sus clips musicales son absolutamente cinematográficos (podrían considerarse cortometrajes por derecho propio) y han sido comparados con el cine de Larry Clark o de Gus Van Sant. Su mayor logro es el díptico de videoclips que dirigió para acompañar dos canciones del último disco de Spiritualized: Hey Jane y I am what I am.


Hey Jane, el más famoso y premiado de sus trabajos, es un cortometraje de diez minutos que sigue la vida cotidiana de un travesti en Atlanta. “La intención era hacer una película casi documental sobre un travesti y el entorno que habita. En vez de hacer una caricatura, la situé en la vida real, para que el espectador pueda sentir cierta empatía a medida que su mundo vuelve más violento.” Protagonizada por James Ross, que pasa el noventa por ciento de su vida como hombre y el diez por ciento restante actuando como mujer, la pequeña película se centra en su relación con su hijo de diez años, en la que la violencia y la marginación proyectan su sombra sobre la inocencia infantil.




Para I am what I am, Rojas recurre al mismo estilo, aunque en este caso con un pequeño giro  fantástico. El actor Rory Culkin protagoniza el clip, interpretando a un joven que recorre la ciudad californiana de Taft en un estado casi catatónico. La atmósfera de desolación está lograda gracias a la certera selección de localizaciones y a la participación de los vecinos  de la localidad en el clip. Es el retrato de una tierra baldía en la que el aire parece ser una sustancia viscosa, que opone resistencia a cualquier movimiento. 



 

Está claro que las intenciones de Rojas son el salto al largometraje. Sin embargo, no ha descuidado su producción de videoclips, en los que huye del clásico formato de actuación y coreografía. Adopta un estilo que busca la improvisación, huye del storyboard y trabaja la selección de intérpretes con frecuencia no profesionales) y sobre todo de localizaciones. “Creo que me he ganado cierta confianza por parte de las discográficas y los artistas, así que las notas son bastante mínimas. De cualquier modo, mi principal preocupación consiste en que el video sea acorde a la estética del artista, lo que significa hacer unas cuantas llamadas para asegurarse de que todos estamos en la misma longitud de onda. Además, una vez que estás en el set, las cosas cambia, aunque la mayoría de las veces para mejor. Una idea que pensaste que sería fantástica puede quedar completamente ridícula en el monitor. Tener una mente abierta es crucial en los videos musicales. Una cosa que no hago es colaborar con marcas, así que no me pidas que suba al artista en un Mini Cooper.”