miércoles, 15 de octubre de 2014

Banda Sonora: Perdida (Gone Girl), de David Fincher, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross.

 “David Fincher me dijo: Piensa en la música horrible que suena en los salones de masajes, la manera artificial en que trata de hacerte sentir que todo está bien. Y entonces imagina que comienza a agriarse, a descontrolarse.” Así explica el compositor Trent Reznor las instrucciones que recibió del director David Fincher para su nueva película, Perdida (Gone Girl). “¡Yo le dije un spa, no un salón de masajes!” – puntualiza Fincher. “La idea me vino cuando me estaba tratando la espalda. Estaba escuchando esa música calmante, sosegadora, cuando me dije, tenemos que aprovechar esto. La película trata acerca de la fachada del buen vecino, el buen cristiano, la buena esposa. Así que la noción era comenzar con música que intenta abrazarte”. 



Perdida es la tercera combinación de David Fincher con el equipo formado por Trent Reznor y Atticus Ross. Reznor, por supuesto, es una estrella del rock alternativo desde 1989, cuando su banda Nine Inch Nails publicó su primer disco, Pretty Hate Machines. Su carrera ya se había cruzado con la de Fincher en dos ocasiones anteriores: la célebre secuencia de créditos de Seven está acompañada por un remix de Closer, uno de los temas más famosos de la banda de Reznor. Y en 2005 Fincher se encargó de dirigir un videoclip para el single de NIN “Only”. Atticus Ross comenzó a colaborar con NIN a principios de este siglo. En 2008, David Fincher estaba montando La red social usando como banda sonora  provisional la inquietante música ambiental del disco Ghosts I-IV, de Nine Inch Nails, por lo que le pareció algo completamente lógico era a Trent Reznor la composición de la banda sonora original. Éste aceptó, solicitando la colaboración de Ross

 A lo largo de tres décadas de carrera, con NIN o otros proyectos, Trent Reznor ha mantenido la coherencia de su sonido, que desde el principio se calificó de ”industrial”. Se trata de un sombrío paisaje musical poblado por sintetizadores y cajas de ritmos que puede ser agresivo o inquietante, airado o perturbador. Un sonido que encuentra perfecto acomodo en el universo del director de Seven, celebrado en Hollywood por su habilidad para la creación de atmósferas turbias y entornos siniestros. Desde su consagración con aquella película, no hay ningún proyecto con asesino en serie que no pase por su despacho, según se lamenta el propio Fincher. Su nueva película, aunque también se trata de un thriller, se adentra por unos caminos completamente diferentes.



Perdida es una adaptación del best-seller de Gilliam Flynn que utiliza una trama de suspense para examinar el malestar emocional de un matrimonio convencional. Cuando Amy (Rosamund Pyke) desaparece el mismo día de su aniversario, su marido Nick (Ben Affleck) se convierte en el foco de una inesperada atención mediática, poco a poco deberá tratar de deshacerse de las sospechas que comienzan a caer sobre él. Tratándose de una historia de suspense, comenzarán a sucederse las revelaciones, que afectan al presente y al pasado y que convertirán a los personajes en seres muy diferentes a cómo nos fueron presentados. Es una exploración de las miserias de un matrimonio en el que el principal misterio se centra en el grado de monstruosidad que pueda alcanzar cada uno de los cónyuges. De ahí el énfasis del director en una música aparentemente calmada y banal que esconde la posibilidad de algo siniestro. 



David Fincher es un director al que el gusta que la música de sus película se introduzca en el mundo que habitan sus personajes. En otras palabras: utiliza los efectos de sonido de manera musical y emplea la música a modo de efectos de sonido. Sonidos en apariencia cotidianos se vuelven inquietantes: los zumbidos que flotan en cualquier hogar u oficina, los tintineos, golpes y tableteos de las máquinas en funcionamiento. En el mundo de Perdida, en el que el misterio se desarrolla dentro de la más absoluta cotidianeidad, la banda sonora de Reznor y Ross es, por tanto, un elemento clave.




Fuentes: The Wall Street Journal, Soundcloud.