jueves, 25 de junio de 2015

Mitomanía: Bar Luce, el café de Wes Anderson.

 
Es posible que en algún momento hayas soñado con habitar un mundo parecido al de las películas de Wes Anderson. Ya sabes, colores suaves con tendencia al pastel, artefactos vintage por todas partes, música ye-ye. Si es así, no puedes dejar de visitar el Bar Luce (toma nota: Calle Largo Isarco 2, Milán, Italia). Esta colorida cafetería supone el debut como diseñador de interiores del director de El gran hotel Budapest. Es un local que forma parte de la Fondazione Prada, el complejo que acoge la colección de arte reunida por la famosa diseñadora italiana Miuccia Prada. En él, Anderson ha buscado recrear la esencia de los cafés milaneses tradicionales. Lo ha hecho, por supuesto, a su peculiar manera. 

Un lugar ideal para niños prodigio o viejos artistas excéntricos.
Por supuesto, todos los artefactos son vintage
No es la primera vez que Anderson colabora con Prada: en 2012 ya había dirigido un cortometraje promocional para la firma, Castello Cavalcanti.  Este nuevo proyecto se enmarca dentro de la restauración de una antigua destilería ubicada en un barrio industrial de Milán, un lugar escogido por Prada y su marido Patrizio Bertelli como sede de su Fundazione. Para ambientar el bar Luce, Anderson se ha inspirado en la cultura popular italiana de los años cincuenta y sesenta,  algo que se refleja en los muebles de formica y en la gama cromática del local. El local conserva elementos de la estructura original, como el techo abovedado, una réplica en miniatura del techo vidriado de la galería Vittorio Emanuele. Todos los detalles, desde los menús hasta los sobres de azúcar, responden al peculiar estilo del director, además podemos encontrar detalles que nos remiten a sus películas, como una máquina de pinball que homenajea a la figura de Steve Zissou, el oceanógrafo que interpretaba Bill Murray en The Life Aquatic With Steve Zissou.También aparecen citadas dos películas de ambientación milanesa: Milagro en Milán, de Vittorio de Sica y Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti.

No faltan un par de máquinas de pinball para pasar la tarde
Cada detalle lleva el inconfundible toque Anderson

¿Y la simetría? ¿Será necesario que los clientes y los visitantes de esta cafetería se muevan por el local formando las estrictas composiciones geométricas que caracterizan a las películas de Anderson? En absoluto. “No hay un ángulo ideal para este espacio. Es para la vida real, y debería tener numerosos sitios ideales para comer, beber, hablar, leer, etc. Creo que sería un escenario ideal para una película, pero que sería un lugar aún mejor para escribir una película. Intenté hacer un bar en el querría pasar mis tardes no ficticias” El Bar Luce abre todos los días, de 9 de la mañana a 10 de la noche. 
 
¿Y el servicio? Abajo, bajando las escaleras...